
Miembros de la Corporación municipal y del CEPER Arcipreste de Hita han leído algunos de los artículos más representativos de nuestra Carta Magna
El salón de plenos del Ayuntamiento ha acogido este 6 de diciembre el acto de celebración del 45º aniversario de la Constitución Española, en el que han participado alumnado y docentes del Centro de Educación Permanente (CEPER) Arcipreste de Hita, que junto a miembros de la Corporación municipal han leído algunos de los artículos más representativos de la nuestra Carta Magna, ante representantes de la sociedad civil alcalaína, el cronista oficial de la ciudad, Domingo Murcia, y Policía Local.
La comunidad del CEPER ha iniciado este acto institucional, centrándose en el preámbulo de la Constitución y su simbología. Seguidamente, portavoces de los distintos grupos políticos, concejales y alumnado del Arcipreste de Hita han leído artículos que recoge la Constitución Española y hacen alusión a derechos fundamentales.
Tras escuchar el Himno Nacional, el alcalde, Marino Aguilera, ha cerrado este sencillo acto pero lleno de significado, dirigiendo estas palabras al público asistente y a aquellas personas que han seguido la retransmisión en directo:
“Hoy es un día de fiesta para todos. Lo es porque hemos iniciado las fiestas navideñas, lo es por la necesaria lluvia que cae, y fundamentalmente lo es porque hoy, hace 45 años, el pueblo español y en particular el alcalaíno, como uno más, apoyó masivamente la Constitución Española. 45 años que calificamos, sin ninguna duda, como los mejores de nuestra historia. Un texto que devolvió España a los españoles y que nos ofreció un futuro que hemos sabido aprovechar.
Hoy hace 45 años que los españoles decidieron enterrar en una urna el enfrentamiento y sustituirlo por la convivencia. Y por mucho tiempo que haya pasado, el espíritu de la Carta Magna resiste en una sociedad a la que le une mucho más de lo que la separa y que lucha por no sucumbir a la polarización.
En la Constitución, los españoles, los alcalaínos, compartimos afanes cotidianos y aspiraciones. Nos permite vivir y convivir juntos los que pensamos diferente. Sujeta a los ciudadanos y a los poderes públicos a la ley y al derecho. Consagra el Estado de Derecho como modelo de convivencia en el que todos nos sometemos a la ley, en el que ninguna persona ni ningún poder puede estar por encima de la ley, ni tan siquiera intentar tergiversarla con nuevas e interesadas interpretaciones.
Nuestros padres, nuestros abuelos, nos regalaron la libertad con este texto que tanto tiempo, sufrimiento y esfuerzo les costó alcanzar. No los traicionemos. No hay desafío más estimulante para una sociedad que dignificar esa herencia.
A diferencia de las Constituciones del siglo XIX y de la de 1931, la Constitución de 1978 se hizo sin dejar a nadie atrás, se hizo de parte de todos para todos. De hecho, y a diferencia de las anteriores, fue la primera en ser sometida a un referéndum sin miedo, porque fue hija de todas las sensibilidades políticas, de las que gobernaban y de las que no. De ahí su eficacia, su poder para derribar los muros del fanatismo, y a ella miramos en los tiempos actuales en los que nuevamente se intentan levantar muros que dividan a los españoles.
Por desgracia, la celebración de este 45 aniversario sucede ante el mayor desafío a la democracia, en el que unos pocos pretenden alterar las normas de convivencia de la mayoría y destruir los equilibrios sobre los que nuestra nación ha avanzado en estas cuatro décadas.
Defendamos el instrumento de defensa que es la Constitución frente a la reinterpretación interesada y populista del concepto “voluntad del pueblo” con la que se pretende colonizar y prescindir de los contrapesos de la democracia que impiden la tiranía de la mayoría, con la que se pretende que todas las instituciones sociales reflejen la mayoría parlamentaria, y con la que se pretende considerar no democrático a todo órgano no elegido por el pueblo y en particular sus actuaciones, como por ejemplo, las emprendidas por la Justicia o por las de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
El mismo mundo que durante muchos años ha contemplado, admirado e imitado nuestro modelo de Transición, asiste ahora con preocupación a la deriva de la democracia española.
Finalizo recordando a las personas que dieron su vida por defender la Constitución en estos 45 años de trayectoria, y replicando las acertadas palabras de S.M. el Rey en la sesión de apertura de la Legislatura, que abren la Constitución a los jóvenes: “Para afrontar el futuro con confianza, para afrontar una época de grandes cambios y transformaciones, nuestros jóvenes precisan de un marco democrático -como el que representa la Constitución- que les permita convivir y prosperar en libertad, y necesitan recibir una España cohesionada y unida en la que puedan desenvolver sus vidas y proyectar sus ilusiones”.
En nuestra mano está legar el regalo de libertad de nuestros abuelos a las próximas generaciones. Sigamos estando a la altura de ellos.
¡Viva España!
¡Viva el Rey!
¡Viva la Constitución!”.
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